EVENTOS EXTREMOS DE PRECIPITACIONES EN AMBIENTES SEMIÁRIDOS: EL CASO DE COMODORO RIVADAVIA EN 2017

EVENTOS EXTREMOS DE PRECIPITACIONES EN AMBIENTES SEMIÁRIDOS: EL CASO DE COMODORO RIVADAVIA EN 2017

EVENTOS EXTREMOS DE PRECIPITACIONES EN AMBIENTES SEMIÁRIDOS: EL CASO DE COMODORO RIVADAVIA EN 2017

Por José Matildo Paredes y S. Mariela Ocampo

¿Qué es un evento extremo de precipitaciones?

Un evento extremo de precipitaciones es la ocurrencia de un fenómeno meteorológico caracterizado por lluvias de gran intensidad, duración o acumulación de agua caída excepcionalmente alta, que supera ampliamente los valores normales o esperados para una región en un período determinado, y que puede generar impactos significativos como inundaciones, erosión o deslizamientos.

El contexto geográfico y climático de Comodoro Rivadavia

La ciudad de Comodoro Rivadavia, en el sureste de la provincia del Chubut (Patagonia central), está atravesada transversalmente por siete cuencas de drenaje efímero que desembocan en el océano Atlántico. Las cuencas se caracterizan por presentar pendientes elevadas, con valores entre 0,0027 y 0,0371 m/m a lo largo de los cauces principales, abarcando un área aproximada de 1546 km² y con un desnivel altitudinal que va desde los 0 m s. n. m. en las desembocaduras hasta los 751 m en la divisoria de aguas, ubicada en la Pampa del Castillo (FIGURA 1). Los procesos de erosión y sedimentación vinculados a la actividad intermitente de estos arroyos han modelado un paisaje de rasgos fluviales característicos en las cuencas de drenaje que rodean a Comodoro Rivadavia, donde se identifican patrones de canales entrelazados, márgenes con evidencias tanto de erosión como de acumulación, y meandros encajados. Hacia el oeste del área urbana, los tramos superiores de las cuencas constituyen actualmente zonas de desarrollo activo de hidrocarburos, con hasta 7000 emplazamientos de pozos petroleros e instalaciones para el transporte de petróleo. Además, numerosos barrios se encuentran ubicados en zonas llanas cercanas a las desembocaduras, en depresiones endorreicas, o en sectores con pendientes pronunciadas dentro de las cuencas, lo que confiere una peligrosidad inherente a estas urbanizaciones. Por ello, la ocurrencia de lluvias súbitas, abundantes y de alta intensidad que caen sobre laderas empinadas y con escasa cobertura vegetal favorecen el desarrollo de escorrentía superficial, en tanto que las modificaciones asociadas al desarrollo industrial en las áreas de cabeceras, y al desarrollo urbano en las zonas bajas, conduce a crecidas repentinas intensas.

FIGURA 1. Cuencas de drenaje y principales tributarios de los siete sistemas fluviales efímeros en torno a las ciudades de Comodoro Rivadavia y Rada Tilly

Figura 1_Paredes En color celeste claro se indican la ciudad de Comodoro Rivadavia y la localidad de Rada Tilly. Clave: 1. Cuenca del Arroyo La Mata, 2. Cuenca del Arroyo De La Quinta, 3. Cuenca de Km. 3, 4. Cuenca del Arroyo Belgrano, 5. Cuenca del Arroyo Restinga Alí, 6. Cuenca de Caleta Córdova, 7. Cuenca del Cañadón Biggs. El recuadro muestra el área de cada cuenca. La estrella roja marca la ubicación de la estación meteorológica en el Aeropuerto General Mosconi. Modelo Digital de Elevación SRTM p229r092.
Fuente: Modificado de Paredes et al. (2020).


La ciudad de Comodoro Rivadavia se emplaza en la zona costera, está sujeta a vientos fuertes del oeste (media 32 km/h) y presenta un clima semiárido, con marcado contraste térmico estacional. La estación meteorológica del Aeropuerto Enrique Mosconi registra una temperatura media anual de 13,5 ºC, con la temperatura media más baja en julio (6,6 ºC) y la más alta en enero (19,4 ºC); los valores absolutos máximos y mínimos de temperatura en un registro de 61 años (1963-2017) son 40,2 ºC y -8,5 ºC, respectivamente. La precipitación media anual es de 240 mm, concentrándose principalmente en el invierno (abril a julio). Sin embargo, ni el promedio anual ni el promedio mensual representan adecuadamente el patrón de precipitaciones, caracterizado por lluvias escasas, localizadas y de alta intensidad, que concentran entre el 30 % y el 40 % de la precipitación anual en pocos días. La evapotranspiración potencial alcanza los 704 mm/año, lo que evidencia un déficit hídrico anual del orden de los 427 mm entre agosto y abril, lo cual conduce a una cobertura vegetal escasa, compuesta principalmente por plantas xerófitas. En base a registros históricos de lluvias en Comodoro Rivadavia provistos por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) para el período 1956-2017, se considera que un valor de precipitaciones diarias mayor a 59 mm es un evento extremo, mayor a 35 mm es muy intenso, y mayor a 15 mm es una lluvia intensa (FIGURA 2B).

Estas fueron las condiciones predominantes durante las últimas décadas, cuando las precipitaciones extremas de 2017 afectaron a las cuencas de drenaje y al ejido urbano de Comodoro Rivadavia.

FIGURA 2. Nubosidad durante el evento extremo y precipitaciones históricas en Comodoro Rivadavia

Figura 2_Paredes A) Imagen satelital del 31 de marzo de 2017, mostrando las condiciones de nubosidad asociadas al evento extremo de precitaciones. Fuente: Sentinel-3 OLCI, Sentinel 3-True Color (B) Precipitaciones diarias en Comodoro Rivadavia (1956-2017), destacando la magnitud del evento extremo de 2017.
Fuente: elaboración propia en base a datos del SMN.

La inundación de marzo-abril de 2017

A partir del 29 de marzo y durante la primera semana de abril de 2017, la ciudad de Comodoro Rivadavia experimentó las peores inundaciones de su historia debido a precipitaciones sin precedentes. Se produjeron daños masivos en propiedades e infraestructura como resultado de la inundación de siete cursos de agua efímeros que actualmente desembocan en el Océano Atlántico, atravesando zonas bajas de la ciudad. Este evento catastrófico fue provocado por lluvias persistentes que generaron una elevada escorrentía. Aunque la precipitación media anual en la ciudad durante el período 1956-2017 es de 240 mm, el evento extremo alcanzó un acumulado de 399,4 mm, registrándose 232 mm el 31 de marzo (FIGURA 2B).

Además, las lluvias intensas superaron la capacidad de infiltración del suelo en los primeros días del evento, generando procesos de erosión por salpicadura y escurrimiento superficial, que aportaron altas concentraciones de sedimentos en suspensión a los cursos de agua. La incorporación adicional de sedimentos provenientes de caminos, instalaciones petroleras, de canteras de áridos locales y desechos urbanos e industriales incrementó la energía cinética y el caudal del flujo hacia zonas más bajas. Aunque una parte del sedimento fue depositado por desborde dentro de la red de drenaje, una proporción significativa alcanzó los cursos de mayor orden e ingresó a la ciudad, ya sea por sus cauces naturales (arroyos Belgrano, La Mata y de la Quinta) o por rutas nuevas producto del colapso de la red de pluviales por taponamiento. La avulsión de los cauces efímeros dio lugar a la inundación masiva de áreas bajas urbanas (Figura 3A-B), donde se redujo la velocidad del flujo y se produjo la depositación de sedimentos en suspensión, que en sectores alcanzó más de 1 m de espesor (Hirtz y Grizinik, 2019). El flujo restante y sus sedimentos alcanzaron la costa, formando deltas transitorios de hasta 500 m de diámetro (Paredes et al., 2020). Debido a las descargas excepcionales, se produjo el ensanchamiento y profundización de canales en la mayoría de los cursos de mayor orden. Por ejemplo, el arroyo Restinga Alí presentó desplazamientos laterales de margen de canal de hasta 70 m cerca de su desembocadura, afectando urbanizaciones establecidas en sus márgenes (Figura 3C). Las pendientes favorecieron la alta velocidad de escorrentía y la iniciación de cárcavas durante la tormenta; debido a la alta intensidad de la precipitación, algunas cárcavas alcanzaron hasta 15 m de profundidad y 870 m de longitud. Estas cárcavas excavaron sedimentos sueltos y generaron cauces en forma de “V” en los que sus taludes laterales se degradaron rápidamente, aportando grandes volúmenes de sedimentos a los cauces, desarrollándose incluso en avenidas dentro del ejido urbano (FIGURA 3D).

FIGURA 3. Impactos urbanos asociados al evento extremo de precipitaciones de marzo-abril de 2017

Figura 3_Paredes (A) Taponamiento de pluviales urbanos por sedimento y residuos urbanos en la Avenida Roca, que condujo a inundaciones en la zona sur de la ciudad. (B) Depositación del sedimento transportado hacia depresiones sin salida dentro del ejido urbano (Zona Sur), cuya limpieza demandó casi dos meses luego del temporal. (C) Ensanchamiento de arroyos efímeros, produciendo el colapso de viviendas emplazadas en los márgenes de los cauces. Arroyo de Restinga Alí. (D) Formación de cárcavas profundas en áreas urbanas de alta pendiente. Avenida Fray Luis Beltrán, cuenca de Km. 3.
Fuente: fotografías gentileza de David Alejandro Muñoz.

Perspectivas

El evento de precipitación extrema de 2017 dejó enormes daños en la infraestructura urbana e industrial y evidenció la falta de planificación a escala de cuenca. Aunque los organismos científicos visualizaron la problemática urbana, social y técnica (Paredes, 2019), las medidas de mitigación realizadas son insuficientes para reducir el impacto de eventos extremos futuros en la población más vulnerable, y en la mayoría de los casos no se realizaron mejoras en las zonas impactadas. Entre los aspectos que requieren mayor atención de autoridades gubernamentales, especialmente luego de los eventos de sequía de los años 2020-2022 (tres años consecutivos con impactos del evento La Niña), son: 1) La mayoría de los cauces efímeros en la zona periurbana ubicada al oeste de la ciudad contienen actualmente grandes volúmenes de sedimentos sueltos dentro de los canales secos, por lo que es necesario construir reservorios de sedimentos de las cuencas más inestables para disminuir tanto el tránsito de partículas durante las lluvias como la velocidad del flujo al ingreso a la ciudad; 2) Los pluviales urbanos, emplazados sobre antiguos cauces dentro de la ciudad, resultaron sub-dimensionados y pudieron evacuar solo el 20% del flujo durante el evento extremo de 2017; con posterioridad al evento no se han elaborado proyectos ejecutivos que contemplen el aumento de la capacidad hidráulica de los pluviales existentes, o la realización de pluviales adicionales; y 3) La ciudad de Comodoro Rivadavia se encuentra actualmente bajo una presión significativa debido al efecto combinado de controles geomorfológicos heredados, la modificación antropogénica de los patrones de precipitación y temperatura que conducen a inundaciones, y el rápido crecimiento urbano hacia áreas de mayor vulnerabilidad ambiental; y, 4) El uso industrial del suelo en las áreas de explotación petrolera ha conducido a degradación sostenida del paisaje natural y a la deforestación a escala de cuenca de drenaje, resultando necesario minimizar la erosión del suelo y la iniciación de cárcavas a través de prácticas más responsables que respeten la geomorfología fluvial.

Bibliografía

  • Hirtz, N. R. y Grizinik, M. (2019). El bajo anegadizo del suroeste de la ciudad: su evolución desde la salinización a la inundación de marzo-abril de 2017. En Paredes, J. M. (Compilador). Comodoro Rivadavia y la catástrofe de 2017: visiones múltiples para una ciudad en riesgo (pp. 49-59). Editorial Universitaria de la Patagonia.
  • Paredes, J. M. (2019). Comodoro Rivadavia y la catástrofe de 2017: visiones múltiples para una ciudad en riesgo [comp.]. Editorial Universitaria de la Patagonia.
  • Paredes, J. M., Ocampo Foix, N., Olazábal, S. X., Valle, M. N., Montes, N. y Allard, J. O. (2020). Precipitaciones extremas e inundaciones repentinas en ambiente semiárido: impactos del evento de marzo-abril de 2017 en Comodoro Rivadavia, Chubut. Revista Asociación Geológica Argentina, 77(2), 294-316. https://revista.geologica.org.ar/raga/article/view/10

Autores

José Matildo Paredes. Geólogo y Doctor en Geología. Profesor Titular de Sedimentología, Departamento de Geología, Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. paredesj@unpata.edu.ar

S. Mariela Ocampo. Geóloga. Profesora Adjunta de Fotogeología y Teledetección, Departamento de Geología, Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud, Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. ocampomariela@gmail.com