LOS MAPAS: HERRAMIENTAS ESENCIALES PARA EL CONOCIMIENTO DE LOS RIESGOS DE DESASTRES. Cartografía e información geoespacial al servicio de la Gestión Integral del Riesgo de Desastres
LOS MAPAS: HERRAMIENTAS ESENCIALES PARA EL CONOCIMIENTO DE LOS RIESGOS DE DESASTRES. Cartografía e información geoespacial al servicio de la Gestión Integral del Riesgo de Desastres
Por Ana Paula Micou.
La foto de portada corresponde al portal de Información Geoespacial para la Gestión Integral del Riesgo de Desastres (https://riesgo.ign.gob.ar/)
Los desastres provocados por fenómenos de origen natural no son un fenómeno reciente; han ocurrido desde que las poblaciones comenzaron a asentarse en zonas expuestas a las fuerzas de la naturaleza. Algunos eventos históricos son ampliamente conocidos gracias a evidencias geológicas y arqueológicas, como la erupción del Vesubio en el año 79 d. C., que sepultó la ciudad de Pompeya bajo capas de ceniza. En Argentina, también han ocurrido desastres de gran impacto social y económico, como el terremoto de Mendoza en 1861, la inundación de Villa Epecuén en 1985, las inundaciones de La Plata en 2013 o los incendios forestales de El Bolsón en 2025, por nombrar algunos.
Las causas de estos desastres son diversas y están relacionadas con las características del evento desencadenante, como precipitaciones intensas, terremotos o erupciones volcánicas. Sin embargo, los desastres no dependen exclusivamente de estos fenómenos naturales, sino de la presencia de personas e infraestructura en zonas de riesgo. En este sentido, la manera en que las sociedades ocupan y gestionan el territorio es un factor clave en la generación del riesgo.
Conceptos como riesgo, riesgo de desastres, gestión del riesgo, amenazas y vulnerabilidades son fundamentales tanto en el ámbito académico como en el de la gestión para analizar situaciones de riesgo. Comprender los eventos desencadenantes y su comportamiento es crucial para mitigar sus efectos y proteger a las comunidades, pero no es suficiente. Al evaluar el riesgo de una población frente a una amenaza, es esencial considerar dos factores adicionales: la exposición (es decir, las personas e infraestructuras potencialmente afectadas) y la vulnerabilidad, que hace referencia a las características sociodemográficas de la población y su capacidad de recuperación tras un evento adverso. Para gestionar los riesgos considerando todos estos factores, los mapas, y más aún la información geoespacial, son herramientas fundamentales para los tomadores de decisiones, el público en general y las comunidades expuestas a riesgos.
Riesgo de desastres
Algunos conceptos básicos
Según la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres de las Naciones Unidas (UNDRR, por sus siglas en inglés), un desastre es una grave interrupción en el funcionamiento de una comunidad o sociedad, a cualquier escala, debido a eventos peligrosos, interactuando con condiciones de exposición, vulnerabilidad y capacidades que causa pérdidas humanas significativas y genera impactos materiales, económicos y ambientales de gran magnitud (UNDRR, 2017).
El riesgo se define como la probabilidad de que una amenaza (de origen físico-natural o tecnológico) cause daños a una población vulnerable. Para comprender el riesgo, es fundamental considerar los componentes clave: la amenaza, la exposición y la vulnerabilidad (Natenzon, 1995, 2018).
Una amenaza (o peligro) es un evento físico, fenómeno o actividad humana con el potencial de generar daños, ya sea en términos de pérdida de vidas, lesiones, destrucción de infraestructura, interrupción de la vida social y económica, o degradación ambiental (UNDRR, 2017). Estas amenazas pueden tener distintos orígenes y serán vistos más adelante.
La vulnerabilidad es un concepto complejo y su definición varía entre los diferentes autores, pero a los fines de este artículo entendemos a la misma como las condiciones socioeconómicas previas a un desastre, las cuales definen qué tan susceptible es una sociedad a sufrir impactos negativos ante una amenaza, así como su capacidad de respuesta y recuperación (Natenzon, 2004, 2018; Herrero et al., 2018). Por otro lado, la exposición hace referencia a la distribución espacial de la población y la infraestructura en relación con una amenaza, es decir, qué elementos se encuentran en riesgo si el evento ocurre, por ejemplo rutas, líneas de alta tensión, los usos del suelo de un determinado lugar, etc.
Gestión Integral del Riesgo de Desastres (GIRD)
A diferencia de las interpretaciones comunes o de las narrativas que suelen difundirse en los medios de comunicación, donde los desastres se atribuyen exclusivamente a fenómenos naturales—por ejemplo, al afirmar que “las inundaciones son causadas por las fuertes lluvias” o simplemente al tratar a los eventos como “catástrofes naturales”—, el enfoque de gestión para la reducción del riesgo de desastres desafía esta visión. Este marco conceptual reconoce que los desastres no son naturales, sino el resultado de la interacción entre amenazas, vulnerabilidades y exposición. Además, proporciona herramientas y estrategias para comprender, analizar y evaluar los riesgos, con el fin de reducirlos mediante medidas de prevención y mitigación, más allá de las respuestas tradicionales ante emergencias.
A diferencia de la gestión de desastres, que se enfoca en la respuesta posterior a un evento, la gestión del riesgo de desastres pone el énfasis en el análisis de las condiciones previas. Considera factores como las amenazas, la vulnerabilidad y la exposición para identificar y abordar los riesgos antes de que ocurran los eventos. También incluye acciones de preparación, por ejemplo garantizar que la población conozca las rutas de evacuación ante una erupción volcánica o que los gobiernos locales identifiquen a los grupos más vulnerables en caso de inundación. Asimismo, contempla medidas de mitigación, como la planificación urbana basada en la identificación de zonas con alta susceptibilidad a inundaciones o regulaciones acerca de construcciones sismo resistente. Además, la gestión del riesgo de desastres no solo actúa en la fase previa a los eventos, sino que también abarca la recuperación y reconstrucción posteriores. Según el Marco de Sendai¹ (2015) , “la gestión del riesgo de desastres es la aplicación de políticas y estrategias de reducción del riesgo de desastres para prevenir nuevos riesgos, reducir los riesgos existentes y gestionar los riesgos residuales, contribuyendo al fortalecimiento de la resiliencia y a la reducción de las pérdidas por desastres”.
Contexto en Argentina
Tipos de riesgos más frecuentes y/o de mayor impacto en Argentina
Debido a las diferencias geográficas, climáticas y socio demográficas de nuestro país, existe una variedad considerable de riesgos; en este artículo se mencionarán los riesgos que han sido más frecuentes o han tenido mayores impactos en la sociedad en los últimos años, tomando como fuente los registros del Sistema Nacional de Alerta y Monitoreo de Emergencias (SINAME) y del Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo (SINAGIR) del año 2025.
Riesgos de origen hidrometeorológico:las inundaciones son uno de los riesgos más frecuentes en Argentina, especialmente en las regiones del este y noreste del país. Eventos como las inundaciones en Santa Fe (2003), La Plata (2013) y Bahía Blanca (2025) provocaron miles de evacuaciones y significativos daños materiales. Si bien fueron desencadenadas por precipitaciones intensas, estos desastres evidenciaron la insuficiencia de las infraestructuras urbanas para mitigar sus impactos y la ocupación del territorio sin consideración de las zonas con riesgo de inundación.
Riesgos de origen físico-químico: entre los riesgos más recurrentes de esta categoría se encuentran los incendios forestales. En los últimos años, provincias como Córdoba, Corrientes, Chubut, Río Negro y La Pampa han sido las más afectadas. La FIGURA 1 muestra la distribución por provincias de la cantidad de hectáreas que se han visto afectadas por incendios. En la mayoría de los casos, estos incendios son provocados por acción humana, y las condiciones climáticas junto con la vegetación seca favorecen su rápida propagación.
FIGURA 1. Superficie afectada (ha) por incendios, por provincias (2020–2025)
Fuente: elaboración propia con base en datos del Centro de Información Ambiental y el Sistema Integrado de Información Ambiental, Subsecretaría de Ambiente de la Nación, e Instituto Geográfico Nacional (IGN).
Riesgos de origen geodinámico:la región andina y, principalmente, Cuyo presentan una alta actividad sísmica y volcánica, con frecuentes movimientos telúricos de baja intensidad. Uno de los eventos más devastadores fue el terremoto de San Juan en 1944, que destruyó la ciudad y provocó la muerte del 10% de la población; subrayó la importancia de fortalecer la preparación y la mitigación a través del planeamiento urbano, con por ejemplo calles anchas, y la construcción de infraestructuras sismoresistentes.
En cuanto a la actividad volcánica, los sistemas de alerta temprana emitidos por el Observatorio Argentino de Vigilancia Volcánica del Servicio Geológico Minero Argentino (SEGEMAR) juegan un rol clave en la preparación de la población y los sistemas de emergencia, permitiendo minimizar los impactos de posibles erupciones. Algunos de los volcanes que han afectado el territorio argentino en las últimas décadas incluyen el Hudson (1991), el Copahue (2012) y el Calbuco (2015). Conocer la ubicación de los volcanes activos es fundamental para identificar las zonas de riesgo y mejorar las estrategias de preparación ante futuros eventos (la FIGURA 2 muestra la zonificación según riesgo sísmico y los volcanes activos que podrían afectar el territorio argentino). A modo de resumen, en la FIGURA 3 se puede ver la distribución de las principales amenazas del país, según el SINAGIR.
FIGURA 2. Amenazas geodinámicas en el territorio nacional: zonificación sísmica y volcanes activos según riesgo relativo
Fuente: elaboración propia con base en datos del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (INPRES), SEGEMAR e IGN.
FIGURA 3. Distribución de los principales riesgos en el territorio nacional por regiones
- Herrero, A., Natenzon, C., y Miño M. (2018)Vulnerabilidad social, amenazas y riesgos frente al cambio climático en el Aglomerado Gran Buenos Aires. Documento de trabajo Nº172. CIPPEC. Programa de Ciudades. Área de Desarrollo Económico.
- IDERA (2024). Infraestructura de Datos Espaciales de la República Argentina (IDERA). http://www.idera.gob.ar.
- IG-GIRD (s/f) IG-GIRD. Información geoespacial para la Gestión del Riesgo de Desastres https://riesgo.ign.gob.ar/ .
- Ley N° 27.287. (2016). Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo y la Protección Civil. 20 de octubre de 2016. Boletín oficial 33.486.
- Natenzon, C. (1995). Catástrofes Naturales, riesgo e incertidumbre. FLACSO, Serie de Documentos e Informes de Investigación Nº 197. Buenos Aires.
- Natenzon, C. (2004). Las grandes inundaciones en el litoral argentino: Riesgo, vulnerabilidad social y catástrofes. En: Encrucijadas, no. 29. Diciembre 2004. Universidad de Buenos Aires.
- Natenzon, C. (Coord.). (2018). Proyecto de Cooperación Técnica internacional para el desarrollo de un estudio comparativo de las condiciones de vulnerabilidad social entre Brasil y Argentina, y su relación con los desastres naturales.Fundación Joaquim Nabuco-FUNDAJ–UNESCO.
- United Nations Office for Disaster Risk Reduction (UNDRR). (2015). Sendai Framework for Disaster Risk Reduction 2015–2030. UNDRR. https://www.undrr.org/publication/sendai-framework-disaster-risk-reducti....
- UNDRR (2017) Terminología de reducción del riesgo de desastres. https://www.undrr.org/drr-glossary/terminology.
- UN-GGIM (2017). Informe del Grupo de Trabajo sobre Riesgos de Desastres. Comité de Expertos sobre la Gestión Mundial de la Información Geoespacial. https://www.un.org/geospatial.
- United Nations International Strategy for Disaster Reduction (UNISDR). (2005).Hyogo Framework for Action 2005–2015: Building the resilience of nations and communities to disasters. UNISDR. https://www.preventionweb.net/files/1037_hyogoframeworkforactionenglish.pdf.