¡QUÉ CALOR EN LA CIUDAD! RIESGOS PARA LA SALUD DE LA POBLACIÓN ARGENTINA POR OLAS DE CALOR
¡QUÉ CALOR EN LA CIUDAD! RIESGOS PARA LA SALUD DE LA POBLACIÓN ARGENTINA POR OLAS DE CALOR
Por Matilde Rusticucci, Silvia Fontán, Francisco Chesini, Lucía Bartolomeu, Yanina Azas y Rosana Abrutzky
Introducción
El cambio climático es uno de los desafíos más complejos y apremiantes que enfrenta la humanidad en la actualidad. La evidencia científica indica que la actividad humana es la principal causa del calentamiento del sistema climático (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, IPCC, 2023). Además del aumento paulatino de las temperaturas medias, el cambio climático se manifiesta en la mayor frecuencia e intensidad de eventos meteorológicos extremos, entre ellos las olas de calor. Estas se definen como períodos en los que las temperaturas mínima y máxima igualan o superan, por al menos tres días consecutivos, cierto umbral calculado para cada localidad, tal como las define el Servicio Meteorológico Nacional (Herrera et al., 2018).
En las ciudades, las olas de calor se manifiestan de manera particularmente intensa debido a las islas de calor urbano. Este concepto refiere a que las áreas urbanas experimentan temperaturas más altas que las áreas rurales circundantes, causadas por las actividades humanas y la concentración de edificios y pavimentos, ya que son superficies con mayor capacidad de absorber y retener el calor, lo que puede aumentar la temperatura en hasta 10°C en comparación con las áreas rurales (Camillioni y Barros, 1995). Esto tiene consecuencias para la salud humana, especialmente para los grupos más vulnerables como los niños y niñas, las personas adultas mayores y aquellas con enfermedades crónicas. Las condiciones de salud a lo largo del ciclo de vida de las personas y de las comunidades están en profunda relación con las condiciones de vida en las que se desarrollan, antecedentes biológicos, el ambiente y las posibilidades de acceso al sistema de atención y cuidados a la salud (Organización Mundial de la Salud, 2012).
Entre las condiciones ambientales, el clima y sus variaciones tienen impacto directo e indirecto sobre la salud de las personas y sobre el sistema de atención. Así, múltiples investigaciones han encontrado asociación entre el calor extremo y eventos de salud del sistema respiratorio, enfermedades cardiovasculares y otros trastornos de salud.
Entre los problemas de salud asociados con condiciones ambientales modificadas por las temperaturas se pueden encontrar:
- Enfermedades transmitidas por vectores: dengue, fiebre amarilla, leishmaniasis, malaria, chagas;
- Enfermedades transmitidas por roedores: leptospirosis, hantavirosis, fiebres hemorrágicas virales;
- Enfermedades hídricas: diarreas, gastroenteritis, hepatitis, helmintiasis, toxinfecciones alimentarias, marea roja;
- Comportamiento de los problemas respiratorios agudos y crónicos (asociados a mala calidad del aire);
- Estrés y exacerbación de condiciones de salud mental.
Por otro lado, las islas de calor urbano pueden aumentar la demanda de energía para la refrigeración, lo que puede llevar a un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero y acentuación del cambio climático.
El futuro llegó hace rato: tendencias de las olas de calor en Argentina
La temperatura en todo el país ha aumentado significativamente en los últimos años, entre 1960-2010 el incremento fue de 0,5º C y en la Patagonia se alcanzó 1º C de incremento (Barros et al., 2015). Una muestra de ello es que los nueve años más cálidos ocurrieron durante los últimos 20 años, como puede observarse en las FIGURAS 1 y 2.
FIGURA 1.Nueve años más cálidos en temperatura media a nivel nacional
Pero no solamente los diferentes grupos de población se enfrentan a distintas exposiciones sino que las propias características de estos grupos inciden en la forma en que la exposición influye sobre el efecto en la salud. Así, quienes padecen enfermedades crónicas, quienes viven en situación de calle, no tienen cobertura de salud, se encuentran en las edades extremas del ciclo vital o tienen alguna discapacidad, tendrán desde el punto de partida una situación más desventajosa que quienes no se encuentran en ninguno de estos grupos. Del mismo modo, una población con mayor cantidad de personas en alguno/s de estos grupos, será a priori una población en peores condiciones para enfrentar una amenaza ambiental. Por ejemplo, una ciudad con población envejecida, o con una base demográfica muy ancha (mayor cantidad de niños y niñas), tendrá mayor proporción de personas en edades extremas y, por lo tanto, será en principio más vulnerable a episodios de temperaturas extremas.
El peligro, en este caso el calor extremo, incide en distintos niveles de exposición y vulnerabilidad, dando lugar a efectos adversos en la salud. Además de sus impactos directos, como el síncope o el golpe de calor, puede contribuir a accidentes laborales, problemas de salud mental, agravamiento de enfermedades crónicas o preexistentes y partos prematuros. A nivel social, también puede generar la saturación del sistema de salud, la reducción de la productividad y otros problemas asociados.
En Argentina, se ha desarrollado un Sistema de Alerta Temprana para cada lugar del país, cuyo objetivo es activar alarmas en función de los riesgos para la salud humana. Este trabajo intersectorial e interdisciplinario constituye una herramienta importante para la salud pública.
A nivel socio-comunitario, las diferentes vulnerabilidades pueden abordarse con el objetivo de proteger a la población, reforzar los factores protectores y el acceso a servicios de salud, disponibilidad de espacios verdes, redes vecinales, etc. De igual manera, la población trabajadora que por su actividad laboral se encuentre expuesta al calor extremo, si se enmarca en condiciones de trabajo registrado, ajustadas a la normativa de seguridad laboral, verá disminuida su vulnerabilidad.
En la FIGURA 4 buscamos conceptualizar los complejos mecanismos del riesgo para la salud del calor extremo urbano, en término de amenazas, exposiciones, vulnerabilidades y efectos en la salud.
FIGURA 4. Marco conceptual de los efectos del calor extremo

Si empiezo por el final, terminaré en el principio: consideraciones finales sobre el riesgo para la salud de las olas de calor
Las temperaturas extremas representan un riesgo significativo para la salud pública, especialmente para ciertos grupos vulnerables. La educación y la sensibilización sobre los riesgos para la salud por las olas de calor son fundamentales para proteger la salud pública, por lo cual resulta indispensable la capacitación y actualización del personal de salud en este tema.
Estas tendencias en todo el país tienen comportamientos particulares en cada región, en relación a las características geográficas, climáticas, demográficas, económicas y culturales. Indagar el impacto en cada región es fundamental para pensar propuestas adecuadas y asertivas. Aunque los organismos públicos y las universidades vienen trabajando en este tema, es necesario seguir profundizando en el conocimiento de los eventos extremos y su impacto, esto requiere la articulación de recursos económicos, humanos e institucionales de diferentes sectores: la academia, la gestión pública y la activa participación de la sociedad civil.
A la hora de reducir los riesgos para la salud por los eventos extremos de temperatura, la difusión de las herramientas y sistemas de alertas temprana que ya están en marcha en el país es fundamental, así como desarrollar planes de respuesta a la emergencia en sintonía con las singularidades de cada ciudad con participación de la población.
Para lograr acciones exitosas se necesita cambiar la actitud y pasar de la planificación reactiva a un funcionamiento efectivo de los sistemas de observación y alerta. La respuesta típica ante un evento climático severo de intervenir después del desastre, usualmente con fondos insuficientes para restituir las condiciones existentes requiere un cambio, asumir la cultura de la previsión.
En última instancia, la protección de la salud pública durante las olas de calor requiere una respuesta coordinada y efectiva que involucre a los gobiernos de todos los niveles, el personal de salud y la comunidad en general.
Bibliografía
- Barros, V.R. et al. (2015). Climate change in Argentina: Trends, projections, impacts and adaptation. Wiley Interdisciplinary Reviews: Climate Change, 6(2), 151-169.
- Camargo, T. et al. (2024). Incendios, cambio climático y salud. Un documento de política. Global Climate and Health Alliance. https://climateandhealthalliance.org/wp-content/uploads/2024/11/Wildfire...
- Camillioni, I., Barros, V. (1995). Influencias de la isla urbana de calor en la estimación de las tendencias seculares de la temperatura en Argentina subtropical. Geofísica Internacional, 161–170.
- Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. (2023). Climate Change 2023: Synthesis Report... IPCC. https://doi.org/10.59327/IPCC/AR6-9789291691647
- Herrera, N. et al. (2018). Sistema de Alerta Temprana por Olas de Calor y Salud (SAT-OCS). Nota Técnica 2018-50. Servicio Meteorológico Nacional.
- Organización Mundial de la Salud. (2012). Salud en las Américas. Publicación Científica y Técnica No. 636.
Autores
Matilde Rusticucci. Dra. en Ciencias de la Atmósfera. Profesora Emérita, Universidad de Buenos Aires. Investigadora Principal, CONICET y DCAO (UBA). matilde.rusticucci@gmail.com
Silvia Fontán. Socióloga. Docente Adjunta e Investigadora, Universidad Nacional de La Matanza. Directora del Programa “Condiciones socioambientales y sistemas de atención a la salud”. sfontan@unlam.edu.ar
Francisco Chesini. Magíster en Salud Pública. Becario, CONICET y Universidad Nacional de Avellaneda. fran.chesini@gmail.com
Lucía Bartolomeu. Bióloga y Epidemióloga. Docente, Universidad de Buenos Aires. Investigadora, Centro de Implementación e Innovación en Políticas de Salud, Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria. mlucia.bartolomeu@gmail.com
Yanina Azas. Médica Tocoginecóloga. Especialista en Medicina Reproductiva. Ministerio de Salud de la Provincia de Buenos Aires. yanazas@yahoo.com.ar
Rosana Abrutzky. Magíster en Gestión Ambiental. Investigadora Docente, Universidad Nacional de Avellaneda. rabrutzky@undav.edu.ar
El trabajo fue realizado en el marco del Laboratorio Interdisciplinario para el Estudio del Clima y la Salud (UBA).