LOS MOVIMIENTOS EN MASA EN LA ARGENTINA

LOS MOVIMIENTOS EN MASA EN LA ARGENTINA


Por Alejandro Emmanuel Celli.

¿Qué son los movimientos en masa?

Cuando hablamos de movimientos en masa, nos referimos al desplazamiento de un cierto volumen de material a través de una pendiente, por acción de la gravedad. Este material incluye fragmentos de rocas y/o suelos, con diferente grado de saturación, que pueden estar acompañados de vegetación, viviendas, carreteras, o cualquier otra instalación que se encuentre en su camino. Movimiento en masa es un término genérico para referirse a diferentes procesos que cumplen con las condiciones descriptas. Si bien existen diversas clasificaciones (Hungr et al., 2014), podemos mencionar algunos de los mecanismos habituales, como los deslizamientos (traslacional, rotacional, en cuña), los flujos (de detritos, de tierras), los vuelcos (flexural, por pandeo), las caídas (de rocas, de suelos), las avalanchas (de rocas, de detritos, de nieve), las expansiones laterales, el reptaje o los movimientos complejos. A su vez, no podemos dejar de mencionar otros términos más o menos específicos, más o menos técnicos, con los que se conocen estos procesos, como movimientos gravitacionales, movimientos de ladera, movimientos del terreno, remoción en masa, aludes, aluviones, derrumbes, deslaves, flujos densos, corrimientos, desprendimientos, caída de piedras, por citar algunos.

Se asocian a laderas naturales, taludes excavados o terraplenes, cuya geometría y características litológicas y estructurales condicionan el mecanismo de rotura. En terrenos que se encuentran en un estado de estabilidad precaria, el movimiento se materializa cuando una fuerza externa incrementa la carga sobre el sistema, superando la resistencia al corte del material. Estas fuerzas externas están representadas comúnmente por el incremento en la presión poral producto de precipitaciones intensas o sostenidas en el tiempo, la liberación de energía producto de un sismo, el aumento en la inclinación del talud producto de una excavación (FIGURA 1), entre otros factores, como la pérdida de la vegetación por desmonte o incendio, que elimina las raíces que sostienen el suelo y absorben humedad.

Los movimientos en masa pueden a su vez desencadenar otros procesos naturales, como tsunamis (en el océano) o seiches (en lagos o embalses), e inundaciones relámpago.
Si bien es común clasificarlos como peligros, amenazas o procesos naturales, su vinculación con las actividades humanas es en ocasiones manifiesta, y no solo por las consecuencias, sino también por las causas, razón por la cual han sido considerados como peligros o amenazas híbridos. Más allá de subestimaciones en el diseño de excavaciones (Celli, 2023), la presencia de tuberías, canales, pozos ciegos, piscinas u otros reservorios de agua con filtraciones sistemáticas, son claros disparadores de eventos, a los que se suma el desmonte y los incendios “controlados”, que en algunas regiones del país llegan a ser el principal generador de diferentes tipos de movimientos en masa.

FIGURA 1. Deslizamiento planar sobre la ruta provincial 43, en Chos Malal, Neuquén, ocurrido el 1° de agosto de 2023

FIGURA 1 Celli
Fuente: Alejandro Celli, 2023.

Distribución espacial

A nivel global, los movimientos en masa representan una de las principales causas de pérdidas humanas y materiales. Como ocurre con otros procesos naturales o híbridos, las consecuencias se incrementan año tras año, producto fundamentalmente de la creciente expansión demográfica, que obliga a ocupar territorios históricamente relegados, debido a su complejidad geotécnica y su comportamiento difícilmente predecible. Estos sitios inestables son mayormente ocupados por personas de bajos recursos, imposibilitados de afrontar los elevados costos de acondicionamiento que requeriría la ocupación permanente de tales terrenos.
En otros casos, es común la ejecución de importantes obras de sostenimiento, basadas en un notable desconocimiento de los procesos involucrados, lo que repercute en esfuerzos carentes de resultados y hasta contraproducentes, sumados a una falsa sensación de seguridad.

Adicionalmente, el cambio climático, visto como un aumento global de la temperatura y de los eventos de tormenta extremos, contribuye al retroceso de los glaciares, con la consecuente relajación de sus laderas, y la fusión del permafrost, lo que genera cambios en los caudales y carga sedimentaria de los ríos. A su vez, el incremento en la torrencialidad de las precipitaciones genera una mayor saturación y erosión del terreno, mientras que la intensidad de los vientos incrementa el oleaje en zonas costeras, afectando la estabilidad de acantilados. Estos aspectos impactan directamente en la magnitud y frecuencia de los eventos, incrementando las consecuencias sobre las personas y sus bienes.

En la Argentina, el mayor de los riesgos híbridos está asociado sin duda a las inundaciones, que afectan directamente a populosas localidades ribereñas y a la producción agrícola – ganadera. Esta situación ha dejado históricamente relegada la atención sobre los procesos gravitatorios, que impactan sobre gran parte de nuestro extenso territorio. Si bien los eventos de mayor magnitud suelen asociarse a regiones montañosas de relieve escarpado, es frecuente observar inestabilidades de laderas en ambientes de llanura, donde los cursos fluviales generan barrancas, como es el caso del río Paraná. A pesar de su baja magnitud, la afectación en estos entornos suele ser considerable, debido a la ocurrencia en áreas densamente pobladas, lo que implica un riesgo elevado (Cravero et al., 2018; Celli y Rosa Vilardo, 2023). Algo similar ocurre en las zonas costeras con presencia de acantilados, donde eventos de caída de bloques de baja magnitud pueden afectar a una gran cantidad de personas, durante la temporada estival.

A los desniveles regionales o locales, se suman las características mecánicas e hidráulicas del terreno, como los factores más condicionantes en la ocurrencia de movimientos en masa. Dada la gran variabilidad de geomateriales a lo largo del país, resulta complejo determinar cuáles podrían ser los sitios con mayor probabilidad de ocurrencia de eventos de este tipo. En este sentido, el registro sistemático de eventos (SEGEMAR, 2025), aunque incompleto, permite definir y caracterizar zonas más susceptibles a la ocurrencia de movimientos en masa (FIGURA 2).
Paralelamente, el grado de exposición ante estos eventos juega un papel muy relevante en la evaluación del riesgo. Más allá de los balnearios turísticos, existen numerosos sitios con una elevada circulación y permanencia de personas, asociados a terrenos relativamente estables en los que, a pesar de la baja frecuencia y magnitud de los eventos, las consecuencias podrían ser severas.

FIGURA 1. Ubicación de eventos asociados a diferentes tipos de movimientos en masa, registrados en la Base de datos de Peligrosidad Geológica

Ubicación de eventos asociados
La base de datos se encuentra en elaboración. La ausencia de registros no implica ausencia de eventos.
Fuente: SEGEMAR (2025).

Estrategias para la reducción del riesgo

El primer paso para reducir el riesgo asociado a cualquier tipo de evento es conocer cómo, dónde y por qué se desarrolla ese proceso. En este sentido, el SEGEMAR, como único organismo nacional competente en materia de peligros geológicos, lleva adelante el estudio sistemático de las características del terreno y los procesos que modelan el paisaje, analizando la peligrosidad geológica a diferentes escalas, a lo largo del territorio bicontinental argentino (FIGURA 3).

FIGURA 3. Estudios de peligrosidad ante movimientos en masa desarrollados por el SEGEMAR a diferentes escalas disponibles

FIGURA 3 Celli
a) Susceptibilidad a la remoción en masa de la provincia del Chubut a escala 1:750.000; b) Peligrosidad por remoción en masa en la hoja Trevelin, a escala 1:250.000; c) Aptitud para la urbanización en Andacollo y Huinganco, a escala 1:15.000; d) Análisis de estabilidad de acantilados en Gral. Pueyrredón, a escala 1:100.
Fuente: Repositorio SEGEMAR (2025).

A partir de la identificación, localización y caracterización de los peligros asociados a movimientos en masa, es posible planificar estrategias enfocadas en la disminución de los riesgos asociados, considerando sus diferentes componentes. En esta línea, los estudios geocientíficos aplicados al ordenamiento territorial, así como los análisis de estabilidad de detalle desarrollados por el SEGEMAR, brindan recomendaciones para la toma de decisiones, tendientes a disminuir el peligro (medias estructurales, como sostenimientos y drenajes), la vulnerabilidad (medias no estructurales, como campañas de educación y concientización), y la exposición (a partir de planes de monitoreo y de contingencia y evacuación).

Estas acciones constituyen herramientas de gestión fundamentales para el desarrollo sostenible, propiciando una interacción más segura entre las actividades humanas y el entorno físico. Un crecimiento urbano ordenado contribuye a salvar vidas y genera un ahorro en tareas de mitigación, minimizando la ejecución precipitada de obras de baja efectividad. Según datos para Latinoamérica y el Caribe, de la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres, por cada dólar invertido en la reducción de riesgos y la prevención se pueden ahorrar hasta 15 dólares en la recuperación después de un desastre. La planificación de políticas públicas basadas en evidencia científica redunda en la disminución del riesgo de desastres y sus costos asociados.

Bibliografía

  • Celli, A. E. (2023). Deslizamiento en el cerro de la Virgen, ruta provincial 43, Chos Malal, Neuquén (Informe técnico, 34). Instituto de Geología y Recursos Minerales, Servicio Geológico Minero Argentino. https://repositorio.segemar.gov.ar/handle/308849217/4416.
  • Celli, A. E. y Rosa Vilardo, P. R. (2023). Identificación y caracterización geológica y geotécnica de procesos gravitacionales activos en las barrancas del río Paraná en Villa Hernandarias, Entre Ríos. Revista de la Asociación Geológica Argentina, 80(3), 455–473.
  • Cravero, R., Fauqué, L., Oliva, J., y Tejedo, A. (2018). Informe peligrosidad por remoción en masa: Barrancas de la Ciudad de Diamante, Provincia de Entre Ríos, Argentina (Informe técnico, 39 pp.). Servicio Geológico Minero Argentino. https://repositorio.segemar.gov.ar/handle/308849217/4132.
  • Hungr, O., Leroueil, S., y Picarelli, L. (2014). The Varnes classification of landslides: An update. Landslides, 11(2), 167–194. https://doi.org/10.1007/s10346-013-0436
  • Repositorio SEGEMAR. (2025). Publicaciones e informes inéditos sobre peligrosidad geológica. Dirección de Geología Ambiental y Aplicada, Instituto de Geología y Recursos Minerales, Servicio Geológico Minero Argentino. https://repositorio.segemar.gov.ar/handle/308849217/33
  • Repositorio SEGEMAR. (2025). Publicaciones e informes inéditos sobre peligrosidad geológica. Dirección de Geología Ambiental y Aplicada, Instituto de Geología y Recursos Minerales, Servicio Geológico Minero Argentino. https://repositorio.segemar.gov.ar/handle/308849217/2847
  • SEGEMAR. (2025).Base de datos de peligrosidad geológica. Dirección de Geología Ambiental y Aplicada, Instituto de Geología y Recursos Minerales, Servicio Geológico Minero Argentino. https://sigam.segemar.gov.ar/visor/

Autores

Alejandro Emmanuel Celli . Licenciado en Ciencias Geológicas. Director de Geología Ambiental y Aplicada, Instituto de Geología y Recursos Minerales, Servicio Geológico Minero Argentino. alejandro.celli@segemar.gov.ar