Sequía y bajante del Paraná: inductoras de cambios en el paisaje y la biodiversidad

Sequía y bajante del Paraná: inductoras de cambios en el paisaje y la biodiversidad


Por Pablo Agustín Collins y María de la Paz Ducommun.

HUMEDALES

El Paraná muestra un paisaje que es la respuesta a las influencias producidas en el tiempo, donde los diferentes reinos biológicos evolucionaron conjuntamente. Esto lo convierte en un rico humedal (Iriondo et al., 2007). Por ello debemos definir primero la noción de humedal. En este caso, hacemos referencia a los sistemas acuáticos que se interrelacionan dinámicamente con el terrestre a partir de los componentes bióticos y abióticos. En ellos, los organismos están adaptados y/o ajustados a tolerar suelos saturados de agua y condiciones de inundación y sequía. A su vez, la presencia de agua en estos ambientes varía en tiempo de permanencia, cantidad y superficie inundada.

Sus suelos tienen características que permiten que el agua permanezca en el tiempo, manteniendo su estructura y sus funciones ecológicas. Los humedales pueden incluir a los ecosistemas más productivos y de mayor importancia ecológica del planeta (Metcalfe Eet al., 2020). Esto se debe a la gran oferta de hábitats que ocurren en un espacio tridimensional interconectado, concepto que dimensiona temporalmente los ejes longitudinales, transversales y de profundidad. Brindan importantes beneficios para la humanidad, como control de inundaciones, reposición de aguas subterráneas,estabilización de costas, protección
contra tormentas, retención y exportación de sedimentos y nutrientes, mitigación del cambio climático, depuración de las aguas y reservorio de biodiversidad, entre otros. Además, estos proveen numerosos productos valiosos para la sociedad, tales como alimentos (frutos, pescados, crustáceos,entre otros), agua para diferentes consumos, resina, madera, leña y forraje para animales.

Grandes ríos que se encuentran cerca del Paraná forman la Cuenca del Plata. Esta es la principal de Argentina y la segunda de Sudamérica por su superficie y caudales. Esta cuenca se caracteriza por desarrollarse en un territorio mayoritariamente llano, de suelos fértiles y reúne la mayor densidad poblacional y de industrias del continente, incluyendo grandes ciudades y áreas agropecuarias.

El Paraná tiene una vasta llanura de inundación, en donde se encuentran una gran variedad de ambientes, como lagunas, esteros, pantanos, bañados y madrejones. El río presenta cuatro fases hidrosedimentológicas en las que se incluye un período de estiaje o aguas bajas en invierno, otro de creciente en primavera - verano, siguiendo un período de inundación (aguas altas) en verano y, luego de este, una fase de bajante en otoño. En el período de inundación, el agua cubre amplias zonas de islas y tierras aledañas, haciéndose difusos los límites. Durante el estiaje, las lagunas pierden las conexiones
quedando aisladas unas de otras (FIGURA 1). La heterogeneidad espacial del sistema, intensificada por el estiaje y la inundación, alberga una inmensa y dinámica diversidad biológica.

FIGURA 1. Imágenes del río Paraná en el área de la ciudad de Santa Fe

FIGURA 1 ollins
Las imágenes muestran en el mismo cuadrante los momentos previos a la sequía y durante la misma. Se observa un mosaico de ambientes acuáticos en condiciones y estados diferentes.
Fuente: CONAE.

BIODIVERSIDAD

Los ecosistemas de agua dulce sólo cubren el 1% de la superficie de la Tierra y alojan cerca de la mitad de las especies reconocidas en los diferentes reinos biológicos. Estas incluyen especies
endémicas, raras, vulnerables o en peligro de extinción, debido al uso, sobreexplotación y cambios en el hábitat. A una escala regional, dentro de los humedales son relevantes los factores asociados a su madurez ecológica, lo que determina que las tramas tróficas estén en equilibrio entre los niveles que las integran. La coexistencia de comunidades en distintos estados determina una heterogeneidad espacial
que contribuye indefectiblemente a enriquecer el número de especies que habitan dentro del humedal como el Paraná.

Adaptaciones

Toda esta diversidad biológica se ha adaptado a las condiciones abióticas y sus cambios debido a los ciclos naturales, desde aquellas especies menos conspicuas (como algas, protozoos, rotíferos, microcrustáceos, entre otras) a las más vistosas como la vegetación, los peces y las aves. La dinámica de las especies del Paraná puede comprenderse conociendo los cambios que presentan en el tiempo y el espacio. Por ejemplo, algunas aves hacen uso de dichos humedales durante solo una parte del año, cubriendo una determinada etapa de su ciclo anual (alimentación, nidificación, reproducción y cambio del plumaje). Por otra parte, las aves acuáticas raramente se distribuyen de forma uniforme dentro de los humedales; por el contrario, su riqueza y abundancia están asociadas a características ambientales locales y a requerimientos particulares de cada especie.

LA SEQUÍA EN EL PARANÁ

La sequía puede ser vista desde distintos enfoques: hídrico, agrícola o socioeconómico, entre otros. En todos ellos está siempre el punto de vista climático que hace referencia a la falta o escasez de agua en una región determinada, no correspondiendo ese estado hídrico a la situación habitual de la zona para dicha fecha. La escasez de precipitaciones en un área y en un período de tiempo determinado genera
un déficit hídrico (Ramonell et al.,2021).

El Paraná viene registrando, desde fines del 2019, valores de altura de agua y caudal menor a los datos históricos (FIGURA 2), teniendo este evento una duración de tres años a la fecha actual (noviembre 2022). Para recordar eventos similares, pero no tan extensos en el tiempo, debemos remontarnos a más de 50 años. Estas condiciones extremas se reflejan luego en cambios en los elementos abióticos y bióticos,
llevando todo esto a modificaciones en el paisaje (FIGURA 3).

FIGURA 2. Hidrograma del río Paraná

FIGURA 2 Collins
Hidrograma del puerto de la ciudad de Paraná indicando las diferentes fases en el ciclo hidrosedimentológico (a: estiaje, b: crecida, c: inundación, d: bajante) (2,5 m altura del río en la cual ocurre la desconexión entre las lagunas y el río secundario o principal, 4,5 m nivel de desborde medio).
Fuente: CIM- FICH UNL.

FIGURA 3. Imágenes tomadas de medios gráficos

FIGURA 3 Collins
Con las muestran se busca sensibilizar a los lectores sobre la bajante. A) y B) Laguna Setúbal durante la sequía y en condiciones normales, C) el río Paraná en la zona de Itatí.
Fuente: Diarios de Santa Fe y Corrientes.

Dinámica y paisaje

Algunos cauces secundarios del río cercanos al cauce principal se han cerrado y otros se redujeron por el desarrollo de bancos de arena y abundante vegetación acuática (Collins et al., 2021). Estos bancos de arena se convertirán en islas cuando sean colonizados por la vegetación (FIGURA 4).

Un alto porcentaje de los cauces secundarios y lagunas internas se desconectaron. La conexión entre ellas es fundamental para el desarrollo de las comunidades biológicas. Por ello, la dinámica de conexión y desconexión y la posibilidad de que los organismos puedan moverse entre diferentes hábitats permiten a las especies y a sus poblaciones sobrevivir. La intensidad del fenómeno de esta sequía fue muy extrema, por lo que algunos de los complejos de comunidades terminaron desapareciendo.

Si el volumen de agua disminuye y la misma cantidad de individuos se mantiene, ocurre un aumento de las concentraciones de estos y de todos los elementos químicos existentes, incluyendo excretas y toxinas. A esto se suma la disminución de oxígeno disuelto, lo que implica el riesgo de anoxia y muerte de los organismos acuáticos. También pueden generarse cambios de las concentraciones de iones y cationes modificando la salinidad, el pH y/o potencial redox, refiriéndose a la capacidad de oxidación o reducción del agua, es decir, a la transformación de energía dentro del sistema a partir de los electrones que se encuentran en el agua. Estos últimos parámetros, entre otros, permiten indicar la calidad del agua para los diferentes usos que el ser humano le da (Ramonell et al., 2021). Además, ocurren aumentos de concentración de nutrientes, incremento en los riesgos de depredación y cambios en las cadenas tróficas (FIGURA 5).

FIGURA 4. cambios en el paisaje provocado por la sequía y el crecimiento de vegetacións

FIGURA 4 Collins
Inmediaciones del paseo costanero de la ciudad de Santa Fe. A) y B) zona del faro antes y durante la sequía, C) y D) zona de los espigones antes durante la sequía.
Fuente: Fotos Hernán Retamoso

Así, por ejemplo, los peces pierden las áreas donde desovan, y sus huevos y alevines (crías de peces) quedan expuestos a depredadores en las escasas y poco profundas lagunas que quedan. En este nuevo paisaje algunas especies que antes no se observaban habitualmente son más fáciles de ver y por ello mencionadas y retratadas por los medios de comunicación.

Flamencos, tortugas, carpinchos, aguará guazúes, yacarés, gaviotas, rayadores fueron admirados por la gente (FIGURA 6). A esta sequía se le sumó el hecho de que por el confinamiento surgido por el
COVID19, los ambientes no tuvieron la presión de la presencia del hombre y,por lo tanto, las especies vagaron cerca de las ciudades. Otras especies que obligadamente dependen del agua, como recurso vital, se desplazaron hacia zonas en donde aún quedaba este recurso y, si no podían hacerlo, murieron. El paisaje también cambió con la presencia de hierbas y árboles en las nuevas islas y/o riberas que se fueron
formando. Lugares donde antes había agua o playas se convirtieron en alisales y sauzales (FIGURA 4).

FIGURA 5. Esquema de los principales factores abióticos y bióticos

FIGURA 5 Collins
Principales factores abióticos y bióticos que afectan al río Paraná y su valle de inundación por la sequía extendida en el tiempo. Los símbolos indicados en el agua representan elementos químicos disueltos y/u organismos en el agua ejemplificando el proceso de concentración que ocurre. Entre corchetes se refiere a la concentración del compuesto señalado dentro de los mismos.

Dinámica y paisaje

La sequía expresada con una bajante extraordinaria del Paraná, por el excesivo tiempo que lleva esta y los niveles extremadamente bajos de agua, aumentaron la vulnerabilidad de las especies que habitan este gran río y su valle de inundación. Los incendios,desagües cloacales e industriales, deforestación, sobrepesca y actividades agropecuarias, que ya venían sucediendo, aumentan el riesgo de impacto con el menor volumen de agua generado por la sequía. Esto trae consecuencias en la productividad de este sistema natural. Cuando se normalice el ciclo hídrico, el paisaje del río Paraná será nuevo en muchos sitios. Lagunas que desaparecieron, islas nuevas, bosques incipientes, poblaciones de especies que buscan recuperarse será la nueva condición del río Paraná.

FIGURA 6. Imágenes obtenidas por la población y visualizadas en redes sociales y medios gráficos mostrando especies y situaciones no observadas comúnmente por los ciudadanos

FIGURA 6 Collins
A) Rayador (Rynchops niger) en playas cercanas a la ciudad de Santa Fe, B) bandada de flamencos (Phoenicopterus chilensis) en cercanía de áreas urbanas (Foto: Ignacio Ilari),, C) tortuga de laguna (Phrynops hilarii) en laguna seca, D) ejemplar de aguará guazú (Chrysocyon brachyurus) en la costanera de Cayastá (varios ejemplares aparecieron en distintos lugares urbanos)
Fuente: Medio gráfico.

CONCLUSIÓN

La sequía expresada con una bajante extraordinaria del Paraná, por el excesivo tiempo que lleva esta y los niveles extremadamente bajos de agua, aumentaron la vulnerabilidad de las especies que habitan este gran río y su valle de inundación. Los incendios, desagües cloacales e industriales, deforestación, sobrepesca y actividades agropecuarias, que ya venían sucediendo, aumentan el riesgo de impacto con el menor volumen de agua
generado por la sequía. Esto trae consecuencias en la productividad de este sistema natural.
Cuando se normalice el ciclo hídrico, el paisaje del río Paraná será nuevo en muchos sitios. Lagunas que desaparecieron, islas nuevas, bosques incipientes, poblaciones de especies que buscan recuperarse será la nueva condición del río Paraná.

Bibliografía

  • Collins, P. A., Marchetti, Z. Y., & Paira, A. R. (2021). Comunidades biológicas en el río Paraná: Algunas interacciones abióticas y bióticas. En C. U. Paoli & M. I. Schreider (Eds.), El río Paraná en su tramo medio. Nuevas temáticas y enfoques para el desarrollo sostenible de un gran río de llanura (pp. 143–189). Ediciones UNL.
  • Iriondo, M. H., Paggi, J. C., & Parma, M. J. (2007). The Middle Paraná River: Limnology of a subtropical wetland. Springer Verlag.
  • Metcalfe, C. D., Menone, M., Collins, P., & Tundisi, J. (2020). The Paraná River Basin: Protecting ecosystem services through effective water management. Earthscan from Routledge, Taylor & Francis Group.
  • Ramonell, C. G., Collins, P., Prendes, H., & Serra Menghi, P. (2021). Las bajantes y sus impactos. En C. U. Paoli & M. I. Schreider (Eds.), El río Paraná en su tramo medio. Nuevas temáticas y enfoques para el desarrollo sostenible de un gran río de llanura (pp. 246–314). Ediciones UNL.

Autor

Pablo Agustín Collins. Doctor en Ciencias Naturales. Director del Instituto Nacional de Limnología (CONICET-UNL). pagcollins@gmail.com
María de la Paz Ducommun. Licenciada en Biodiversidad. Secretaria de Vinculación del Instituto Nacional de Limnología (CONICET-UNL). ducommunpaz@yahoo.com.ar